El autor del tango “cambalache”, entre otros, ha dejado una huella imborrable en la cultura Argentina. La OPMC rinde un merecido homenaje repasando sus grandes canciones.
Recordando a Discépolo es el nombre del concierto que presenta la Orquesta Provincial de Música Ciudadana, en homenaje al célebre compositor, dramaturgo y cineasta. La cita es el sábado 3 a las 21hs en el Teatro del Libertador.
Esta es una presentación especial de la Orquesta de Tango, en donde el actor Beto Bernuez personificará al “fantasma” de Discépolo. La intervención del teatro está íntimamente relacionada con la figura de Discépolo no sólo como compositor y poeta, sino también como dramaturgo, ya que junto a su hermano Armando Discépolo, el teatro, fue moneda corriente durante su vida.
Este concierto cuenta con la dirección de Damián Torres y la participación del cantante Gustavo Visentín, la pareja de baile integrada por Rosalía y Walter, y del actor de la Comedia Cordobesa Beto Bernuez. Interpretarán Obertura discepoleana, Esta noche me emborracho, Martirio, Yira Yira, Sueño de juventud, Uno y Confesión, entre otros temas del célebre compositor.
Nacido en el barrio porteño de Balvanera, el 27 de marzo de 1901, hijo de un músico de orquesta, Enrique Santos Discépolo, quedó huérfano siendo muy chico, y a cargo del mayor de cuatro hermanos, Armando, que fue quien lo encaminó por el mundo de la cultura popular: la música, el teatro y la literatura.
Con apenas 16 años debutó como actor y poco tiempo después se animó a escribir sus primeras obras de teatro y letras de tango. En muy poco tiempo, sus letras serían interpretadas por grandes cantantes como Azucena Maizani, Tita Merello y el mismo Carlos Gardel, mientras continuaba su labor actoral.
Las entradas están a la venta en la Boletería del Teatro. Platea 100, cazuela 80, tertulia 60 y paraíso 40 pesos.
Discepolín y su ir y venir
Siempre se ha dicho que la vida de Enrique Santos Discépolo fue un ir y venir. “Soy búmeran por temperamento”, solía bromear, mientras se comparaba con los criminales, los novios o los cobradores, para sentenciar: “Yo regreso siempre”. Y esta misma vida lo llevaba a conocer la soledad absoluta, por momentos, pero también, en otros, sentirse miembro de la más extensa familia: el pueblo argentino.
Nacido en el barrio porteño de Balvanera, el 27 de marzo de 1901, hijo de un músico de orquesta, quedó pronto huérfano y a cargo del mayor de sus cuatro hermanos, Armando, que fue quien lo encaminó por el mundo de la cultura popular: la música, el teatro, la literatura.
Con apenas 16 años debutó como actor y poco tiempo después se animó a escribir sus primeras obras de teatro y letras de tango: “El bizcochito” y la más conocida “Qué Vachaché”, son letras de los años 20, en su más temprana juventud. En muy poco tiempo, sus letras serían interpretadas por grandes cantantes como Azucena Maizani, Tita Merello y el mismísimo Carlos Gardel, mientras continuaba su labor actoral, y en la década siguiente podría conocer el mundo artístico de Europa.
Cuando ya en su repertorio contaba con letras como “Yira y yira”, “Qué sapa señor”, “Malevaje” y “Soy un arlequín” y la más cruda descripción de la “Década Infame” con “Cambalache”, apareció el peronismo, con el que simpatizó fervorosamente y defendió desde las trincheras radiales, con su programa “Mordisquito”. En 1951, protagonizaría el recordado film “El hincha”, pero hacia fines de aquel año, el 23 de diciembre, un síncope al corazón terminaría con su vida
Autor: Alejandro Jasinski Fuente: http://www.elhistoriador.com.ar/
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