“Dido y Eneas”, ópera estreno

Con la actuación del Coro Polifónico Delfino Quirici, dirigido por Luis Pérez, junto a solistas y un ensamble orquestal de instrumentos barrocos, en el Teatro Municipal de Río Cuarto, se estrena esta pieza de tres actos.

Esta puesta cuenta con la dirección musical, de Juan Manuel Brarda y de escena, de Patricia González. El diseño de escenografía y vestuario es de Antonela Ida Dragonetti y Mauro Ferreira, en tanto que el diseño de iluminación y adaptación de escenografía es realizado por Hernán Arrese Igor. Además, la realización de la escenografía y el vestuario es de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Nacional de La Plata. Los roles principales están interpretados por los solistas: Dido: María Goso (soprano), Eneas: Felipe Carelli (barítono) y Belinda: Natalia Salardino (soprano).

La entrada general es de 100 pesos.

Algo más que una historia de amor

Dido y Eneas es una de las óperas más reconocidas y una de las primeras del período barroco inglés. Fue compuesta por Henry Purcell en 1682 sobre un libreto del dramaturgo y poeta Nahum Tate, basada en el Canto IV de La Eneida, de Virgilio. Cuenta la trágica historia de amor entre Dido, reina de Cartago, y Eneas, héroe mitológico de la guerra de Troya y ulterior fundador de Roma. Es una de las joyas de la música barroca inglesa al poner en primer plano la tragedia, la voluntad humana, los conflictos palatinos y las pasiones mundanas. Surge como la adaptación del canto IV de la Eneida de Virgilio, y relata las vicisitudes amorosas de los dos protagonistas de la ópera. Como parte de los viajes que lo llevarán desde su Troya natal a su futura patria italiana, el príncipe Eneas, náufrago en las costas mediterráneas de África, se transformará en huésped real de la Reina Dido de Cartago, quien viuda de Siqueo -rey de Tirso- caerá perdidamente enamorada del héroe que invadirá sus tiernos pensamientos para desafiar con su amor apasionado el destino que le ordenaba marchar a la tierra italiana, para encontrar esposa y reino. Frente a este conflicto, al mandato de los dioses, la Hechicera (ayudada por sus dos hermanas brujas) enviará un espíritu para hablar en nombre de Júpiter y exigirle al héroe troyano levar anclas y retomar su viaje. Puesto que “la muerte debe llegar cuando él se haya ido”, la reina de Cartago, rechazada, se sumergirá en el enojo, la tristeza, la locura y, finalmente, la muerte por mano propia.

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