Nacido el 16 de marzo de 1840, de rostro tosco y encima marcado por la viruela, él mismo se reía de su fealdad. “Cuando me iban a bautizar resbaló la yegua y del susto me quedó así la cara”, solía contar un poco en serio y un tanto en broma José Gabriel del Rosario Brochero, a quien tanto nombre le salió sobrando; le bastó para hacerse recordar el del “Cura Brochero” o, simplemente el “Cura Gaucho”.
El domingo 16 de octubre, los Argentinos, pero especialmente los cordobeses seguimos con emoción la ceremonia que en el Vaticano lo consagró como Santo. Los milagros que se le atribuyen son las curaciones de Nicolás y Camila, pero su legado excede sanaciones póstumas y es, al día de hoy, una huella indeleble a lo largo de todo el valle de traslasierra.
Como sacerdote, su labor fue mucho más allá de misas, casamientos y bautizos. Con los hábitos de estreno, a los 26 años, se destacó atendiendo enfermos durante la epidemia de cólera que se regó sobre Córdoba en 1866. Su primer destino lo llevó al valle de traslasierra, a San Alberto, donde vio que a la hora de entenderse con sus feligreses, de caracter huraño y reservado como suelen ser los hombres y mujeres de la montaña, sus estudios de filosofía y teología eran igual de útiles que un libro para un analfabeto. Por eso decidió que más que hablar y vivir como ellos, tenía que ser uno de ellos.
Si aún hoy existen zonas en Traslasierra que viven alejadas, no por la distancia sino por la falta de caminos, hace más de 100 años los recorridos no se contaban en kilómetros, sino en días. A lomo de mula, el animal que se convertiría casi en su propio cuerpo, el Cura Brochero recorrió por años y más años las huellas que cruzaban el valle. Así fue como él mismo padeció las necesidades de la zona. Organizó cuadrillas de trabajadores y así alentó la cultura del trabajo y promovió fuentes laborales. Hicieron canales de riego en el Tránsito y Nono; y un dique en Agua de Chávez y llevó el agua hasta la plaza de la villa, construyendo los “chiflones” y las “pilas” para servirse. Peleó por la llegada del tren y dejó un legado de escuelas y casas de ejercicios espirituales.
Vivió pobre y murió más pobre, comido por la lepra, a los 73 años en Villa del Tránsito, en la casa de hermana Aurora. Tenía claro que tanto andar montaña arriba y abajo no había sido al cuete. Así lo escribió poco antes de morir “He podido pispear que viviré siempre, siempre en el corazón de la zona occidental, puesto que la vida de los muertos está en el recuerdo de los vivos”.
No se equivocó. Recorrer traslasierra hoy, conocer a su gente y probar sus recetas sigue siendo andar tras la huella del Santo Brochero y encontralo en las caras de esos cordobeses de la sierra, de rostros tallados con viento y arena.
Una vida, una obra
José Gabriel del Rosario Brochero nace el 16 de marzo de 1840, en cercanías de Santa Rosa de Río Primero, y muere el 26 de enero de 1914, ciego y leproso, en Villa del Tránsito. Es José Gabriel el cuarto de 10 hermanos. La vida religiosa no le resulta extraña, ya que dos de sus hermanas habían ingresado en la Congregación del Huerto. Entra al Seminario Mayor de Córdoba, Nuestra Señora de Loreto, el 5 de mayo de 1856, a la edad de 16 años.
El diario Eco de Córdoba da cuenta de la primera misa del seminarista José Gabriel del Rosario Brochero, en su edición del 11 de diciembre de 1866. Una copia del ejemplar, que provee el Archivo Histórico de la Provincia, dice: “Saludamos al joven sacerdote, que formado al lado de otros ilustrados y virtuosos ha de saber comprender su elevada misión y colocarse sobre las miserias que nos rodean para predicar la verdad evangélica”. Su vida y su obra se convertirán en una prédica de firmeza, trabajo y virtudes.
La vocación de servicio del joven sacerdote enfrenta su primera prueba de fuego entre 1867 y 1868, durante una epidemia de cólera en la ciudad de Córdoba. Brochero está al lado de los que sufren, y consuela sus dolencias. Los registros darán cuenta de la muerte de 2.785 personas a causa de la enfermedad, en una ciudad cuya población rondaba los 35 mil habitantes.
En 1869, el Siervo de Dios es designado al frente del curato de San Alberto, una amplia jurisdicción de 4.336 kilómetros cuadrados, con una población que supera las 10 mil personas. Una barrera natural, las Sierras Grandes, divide a los humildes habitantes de esa jurisdicción espiritual de la ciudad capital.
Abriendo caminos
Tras muchas horas bajo el sol y las estrellas a lomo de mula, Brochero abre caminos y canales de riego, también funda escuelas. Se ocupa de establecer mensajerías, oficinas de correo y estafetas telegráficas. Proyecta, además, el ramal ferroviario que atraviesa el Valle de Traslasierra y une Villa Dolores y Soto.
El pastor encabeza caravanas de fieles, que viajan a la ciudad para hacer Ejercicios Espirituales. A la par de su misión evangelizadora, gestiona con las autoridades eclesiásticas y del gobierno provincial ayudas económicas y recursos para mejorar la calidad de vida de los pobladores del curato de San Alberto.
La mano laboriosa del cura y de los feligreses construye, en 1877, la Casa de Ejercicios Espirituales en la entonces Villa del Transito –hoy Villa Cura Brochero–. Además, una casa para las religiosas, el Colegio de Niñas y una residencia para los sacerdotes.
Nicolás y Camila
Se atribuyen a la intercesión del cura Brochero dos milagros que salvaron la vida de Nicolás Flores, una criatura de 11 meses de vida que quedó al borde de la muerte tras un terrible accidente de tránsito, y de la niña Camila Brusotti, quien sufrió severas heridas por parte de su madre y padrastro. Camila y Nicolás salvaron sus vidas sin una razón científica.
La ceremonia de santificación se realizará en la plaza San Pedro, en el Vaticano. El papa Francisco tendrá la gracia de elevar a los altares al primer santo argentino, el “pastor con olor a oveja”, como el mismo Francisco calificó al cura Brochero en el acto de beatificación.
Sitios brocherianos
Iglesia Parroquial de Villa Cura Brochero
La piedra fundamental del templo fue colocada por el cura Brochero, el 1º de enero 1899. En la pared colindante con la Casa de Ejercicios se conservan los restos del Siervo de Dios.
Museo Brocheriano de Villa Cura Brochero
En el primer patio de la Casa de Ejercicios, construida entre 1875 y 1880, el museo conserva los principales recuerdos del Siervo de Dios. Al lado se encuentra el Colegio de Niñas, inaugurado el 1/3/1880, con su capilla, donde el cura Brochero celebró la misa y predicó hasta su muerte.
Casa de Ejercicios y Colegio de Niñas de Villa del Tránsito
Obras construidas por el Siervo de Dios junto con los vecinos del pueblo. La residencia de ejercicios espirituales fue erigida entre 1875 y 1877. El colegio, en tanto, está ubicado al lado de la casa anterior y fue inaugurado en 1891.
Casa de José Gabriel del Rosario Brochero
Casa que ocupó desde 1885. Donde vivió junto con su hermana, Aurora, y pasó sus últimos días hasta su fallecimiento, el 26 de enero de 1914.
Los Chiflones, camino a Las Maravillas
Parte del acueducto construido por el cura Brochero en 1882, para traer agua a la entonces Villa del Tránsito.
Iglesia de Panaholma
El templo estaba derruido cuando la mano del Siervo de Dios comenzó su reconstrucción. La obra terminó en 1908.
Cuesta de Altautina
Partiendo desde la Pampa de Pocho, se accede a este camino serrano abierto por el cura y feligreses.
Cabalgata Brocheriana
Desde 1997, una numerosa caravana de jinetes a caballo y caminantes recorren los mismos caminos que el Cura Gaucho transitó en su obra evangelizadora, en las Sierras Grandes, desde Villa Cura Brochero hasta la ciudad de Córdoba.
Algunos lugares destacados del valle de traslasierra
Museo Polifacético Rocsen | El espacio fundado por un coleccionista francés posee 1530 m2 cubiertos donde se exponen 22.305 objetos de colección de las más variadas temáticas. la historia de los carruajes, la tecnología o la cartografía son lagunas de las temáticas que propone el museo. Dirección: Alto de la Quintana 5887, Nono.
Museo de las campanas | Único en su tipo en toda latinoamerica, este sitio nos invita a descubrir la historia de uno de los instrumentos musicales más antiguos de la humanidad. Más de 600 campanas de distintas épocas y lugares del mundo. Hay visitas guiadas y educativas. Dirección: Urquiza 962, Mina Clavero.
Mapa del valle de traslasierra
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