Especialistas en patrimonio dieron en Córdoba unas jornadas sobre patrimonio cultural intangible.
Hace unos días, se realizó el taller de Inventarios y Registros del Patrimonio Cultural Inmaterial, un concepto que amplía el horizonte de lo que habitualmente se entiende por herencia cultural, generalmente, relacionada a piezas de arte o monumentos históricos.
El Almezmar, una danza con bastones al compás de tambores que se practica en Arabia Saudita; el Carnaval de El Callao en Venezuela; un plato tradicional conocido como Oshi Palav y su contexto sociocultural en la República de Tayikistán, en Asia; La idea y la práctica de mancomunar intereses colectivos en cooperativas, en Alemania; la técnica pictórica del filete porteño y el tango del Río de La Plata, son algunos de los “elementos”, como se llama a esas prácticas, inscritos en el registro de patrimonio cultural inmaterial de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencias y la Cultura (UNESCO).
De acuerdo a la definición del organismo internacional, el patrimonio cultural inmaterial comprende las “tradiciones o expresiones vivas, heredadas de nuestros antepasados y transmitidas a nuestros descendientes, como las tradiciones orales, las artes del espectáculo, los usos sociales, rituales, los actos festivos, los conocimientos y las prácticas relativos a la naturaleza y el universo, además, los saberes y las técnicas vinculados a la artesanía tradicional”.
Señales de patrimonio
La UNESCO distingue algunas características reconocibles acerca del patrimonio cultural intangible, y detalla que: es Tradicional, Contemporáneo y Viviente a un mismo tiempo, y que no solamente incluye tradiciones heredadas, sino también usos rurales y urbanos contemporáneos de diversos grupos humanos; es Integrador, ya que contribuye a la cohesión social fomentando un sentimiento de identidad y responsabilidad que ayuda a los individuos a sentirse miembros de una o varias comunidades; es Representativo, porque florece a las comunidades y depende de aquéllos cuyos conocimientos de las tradiciones, técnicas y costumbres se transmiten al resto de la comunidad; por último, la UNESCO reconoce al patrimonio cultural inmaterial como un bien Basado en la Comunidad, es decir, que es el elemento es reconocido por las comunidades, grupos o individuos que lo crean, mantienen y transmiten, también conocidos como “portadores” del patrimonio intangible.
Saberes nativos
La actividad reunió a personal que desempeña tareas en museos y en áreas de gestión de distintas dependencias de la cartera de Cultura de la Provincia y del Museo de Antropología de la Universidad Nacional de Córdoba.
El responsable del Área de Pueblos Originarios de la Agencia Córdoba Cultura, Javier Horacio Pereyra, valoró la utilidad de estas jornadas, ya que permiten fijar pautas para la salvaguardia de elementos de los pueblos nativos, alcanzados por el patrimonio cultural inmaterial. “El patrimonio inmaterial está muy latente en nuestros pueblos nativos, ya que no tenemos una cultura escrita. Muchos de los conocimientos y de las tradiciones ancestrales están preservadas en nuestros ancianos porque se transmiten por tradición oral”, aclara Pereyra.
“Los que hemos aprendido será de mucha utilidad para aplicar en las 18 comunidades, que forman los pueblos originarios de Córdoba”, concluyó Javier Pereyra.
El taller fue organizado por la Dirección Nacional de Bienes y Sitios Culturales, Ministerio de Cultura de la Nación y la Agencia Córdoba Cultura, por intermedio de la Dirección de Patrimonio Cultural de la Provincia. El dictado de las jornadas estuvo a cargo de Margarita Ondelj y Susana Petersen, integrantes de la Dirección Nacional de Patrimonio y Museos.
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