América me parió, y América me necesita

Entrevista a Raúl Castro de la murga Falta y Resto con motivo de su presentación en Córdoba.

Raúl Castro, conocido por sus dotes de poeta y decidor de verdades que a veces incomodan, apodado Tinta Brava, es el referente ineludible de la murga uruguaya Falta y Resto.

Por sus cualidades como autor y extensa trayectoria como militante, como así también por su claridad conceptual, Castro es artífice de la transformación que acercó la murga y el candombe a la canción popular. Junto a Jaime Ross y otros compositores, proyectó la música de Uruguay al mundo.

falta-y-resto-anarquia-2Luego de un lapso de inactividad por un problema de salud que afectó a Raúl Castro, la murga Falta y Resto vuelve a las tablas con la versión completa de Anarquía, un espectáculo que tiene ya diez años y que homenajea a un poeta orillero de Montevideo, conocido como El Viruta. Este singular personaje concentra la naturaleza de la irreverencia política. “Anarquía fue creada con los pies en la realidad y los sueños en el infinito” -dice Raúl Castro-. “Cada vez que tengo la dicha de representarla, siento que me meto en los socavones del alma de todas las injusticias, con la simple y hermosa herramienta del payaso, el poeta y el cantor. América me parió, y América me necesita”, sentencia.

Con la excusa de la presentación del domingo 17, en el Teatro del Libertador San Martín, charlamos con Raúl Castro acerca del espectáculo y de este momento de la murga Falta y Resto.

— El espectáculo original es un homenaje a El Viruta, un poeta anarquista del arrabal montevideano. ¿Que podés contarnos a los cordobeses sobre él?

— Viruta fue el primer “escrachador” que hubo en éstas tierras. De los primeros poetas anarquistas que asolaron el arrabal rioplatense allá por el “taitantos…”. Las siguientes son palabras de su amigo, el Tatita, relator de la historia: “Bate la leyenda que en sus horas de cárcel y silencio, garabateaba unos versos rantifusos, versos mugre, prosa prohibida con olor a humedad, que cuando salía de la cárcel se los iba a recitar bajo los balcones de los poderosos o a la puerta de las mansiones más bacanas. Era como un quijotesco intento de socavar con poesía los hipócritas cimientos de la sociedad burguesa”. Poesía de acción directa, la llamaba.

— ¿Cómo nace el espectáculo?

— Creamos Anarquía hace 10 años sin saber que estábamos haciendo una obra que perduraría en el tiempo cada vez con más vigencia. La leyenda de la murga del Viruta es la más alocada expresión de la utopía. Plantea la sociedad sin injusticias de la mano de la poesía, la música, el buen humor y la alegría.

— ¿Cómo estás después de tu problema de salud y con que se viene la Falta y Resto después de esta gira?

— Estoy muy feliz, viviendo a full esta nueva chance de disfrutar el día. Agradeciendo a Dios. Luego de la gira por Argentina y otros países vamos a presentar un nuevo espectáculo. Se llamará Misa Murguera e incluirá a seis mujeres en el coro. Como siempre, tratando de inaugurar el futuro.

El regreso a Córdoba

Con relación a Anarquía, la presentación es el domingo 17 a las 20 en el Teatro del Libertador San Martín, avenida Vélez Sarsfield 365. Las entradas pueden conseguirse de manera anticipada en la boletería del teatro y a través del sistema www.autoentrada.com

falta y restoLa agrupación, que ostenta una trayectoria de 37 años, despliega una batería de cuplés, canciones y entremeses para recrear el perfil de un personaje entrañable. Este espectáculo regresó a escena en junio de este año en el complejo cultural SODRE, en la ciudad de Montevideo, para celebrar los diez años de su creación. Anarquía fue estrenado para el concurso del carnaval del año 2007.

El espectáculo es considerado una piedra fundacional, ya que marcó una nueva manera de hacer murga al introducir, por primera vez en 100 años de historia del género, músicas especialmente creadas para una obra. Las letras fueron creadas por Juan Felipe Castro, compositor y arreglador vocal.

Orlando “Mono” Da Costa, es Viruta, director de una murga imaginaria. Raúl Castro es Tatita, un borracho del Mercado del Puerto, ladero del poeta, es el narrador de la historia, en esta biografía de un género musical arraigado en la cultural rioplatense.

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