Como hace 90 años. El teatro revivió los esplendores de aquel 30 de junio de 1927 en que inauguraba el Real Cine Teatre.
El pasado viernes 30 de junio compartimos una jornada con todos los elencos estables del Teatro sobre el escenario. El día cerró a sala llena con ritmo de cuarteto y un brindis con una torta gigante para todos los invitados que asistieron a la fiesta de este teatro.
Desde la mañana, el Teatro Estable de Títeres y la Comedia Infanto Juvenil llenaron las distintas salas de niños de escuelas; que no solo disfrutaron de las funciones sino que también cantaron el cumpleaños al teatro; en el marco de una merienda sorpresa para agasajarlos. Estas nuevas generaciones de espectadores que seguramente seguirán contando y protagonizando la historia de este escenario.
Los Títeres de Soltando los pajaritos de la cabeza en la sala Jolie Libois y Radiohistorias Reales en la Sala Azucena Carmona, fueron las obras elegidas para recibir a los más pequeños. Que también participaron de una emotiva despedida a Nancy Rodríguez en su última función junto a la Comedia Infanto Juvenil. Más de 30 años dedicados al teatro para niños junto a este elenco oficial.
Muy temprano desde la tarde, el personal de las Areas de Vestuario y Maquillaje del Teatro, se adueñaron del Hall de ingreso a la Sala Mayor y comenzaron a caracterizar de época a alumnos del Seminario de Teatro y a los actores del Elenco Teatral Desafiarte.
Todos juntos oficiaron de anfitriones e invitaron a los espectadores a peinarse, maquillarse y hasta vestirse como aquellas familias tradicionales de Córdoba que asistieron a la inauguración del Real Cine Theatre.
Ya en la sala, la función comenzó con la proyección de un Ciclo de Entrevistas -que se presenta en la sala a lo largo de todo el año- llamado Historias Vivas. Historias Reales, que relata testimonios y vivencias desde el escenario y la platea, contadas por distintos artistas, trabajadores y espectadores que han pasado por este teatro.
A continuación, la Comedia Cordobesa con ritmo de cuarteto contó una vez más la historia de Ramona y sus cinco hijos de padres diferentes en Eran cinco hermanos y ella no era muy santa de Miguel Iriarte.
Una sala colmada de gente coreo y siguió con risas y palmas esta historia que terminó nuevamente en el Hall de teatro, con torta, brindis y el infaltable feliz cumpleaños cantado por todos los invitados.
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