El sábado 22, a las 20, la pianista Irina Dichkovskaia es protagonista en el concierto homenaje “150° Aniversario de Rachmaninoff”.
Distinguida con premios y menciones en numerosas competiciones internacionales de piano, su dedicación y admiración al compositor ruso la consagró en el Festival Internacional de piano para jóvenes pianistas Rachmaninoff (Rusia 1993, Primer puesto).
Dichkovskaia se presenta como solista desde los 12 años de edad en escenarios del mundo y es graduada del Liceo Especial de Música y del Conservatorio Estatal de San Petersburgo, en donde realizó también cursos de postgrado.
– ¿Cuál es la importancia de Rachmaninoff en la música académica?
– Su herencia de repertorio mundial es muy importante porque, además del famoso melodismo de Rachmaninoff, sus hermosísimas melodías que tanto amamos y disfrutamos. Una cuestión que me parece importante es que él unió tradiciones occidentales con tradiciones típicas étnicas rusas y más orientales. Esta mezcla hace su estilo de música tan particular y, por eso, es tan fácil de reconocerla. Su música es muy simbólica. Encontramos en sus melodías muchos símbolos que usa en su repertorio. Conocemos el motivo iré o el tema Destino, en obras como el preludio Do sostenido menor. Este motivo es como un hilo rojo, durante su herencia musical aparece. Enriqueció muchísimo su repertorio para piano.
– ¿Cómo describiría usted el Concierto para piano N.°2 que va a interpretar en esta función?
– La música describe todo. No hace falta traducir o describir la música.
En esta oportunidad, la destacada pianista interpreta el «Concierto para piano N.2», de Sergei Rachmaninov, probablemente la pieza más representativa del compositor, pianista y director de orquesta ruso (1873-1943). En la temporada pasada, ofreció una brillante interpretación de la «Rapsodia sobre un tema de Paganini», también de Rachmaninov.
El repertorio, además, incluye “Danzas eslavas, N. 8”, de Antonín Dvorak, y “Danzas sinfónicas”, del mismo Rachmaninof. La dirección está a cargo del maestro JongWhi Vakh.
– Usted vuelve a tocar con la Orquesta Sinfónica de Córdoba ¿Cómo vive esta experiencia?
– Para mí es un gran placer tocar en el Teatro del Libertador. Es la tercera vez que voy a tocar con gran alegría. Es un enorme placer estar en este escenario, en un teatro tan lindo, tan bello, con buenísima acústica. Un placer volver a tocar para el público cordobés.
– Se dice que este concierto surge luego de que el compositor transita una profunda depresión ¿Cuál es su opinión?
– Es cierto que después del estreno de su primera sinfonía, Rachmaninoff estuvo con una profunda depresión. Y gracias a un psicólogo, Nicolás Dahl, pudo salir de esa depresión. A él le dedicó el “Concierto para piano N.° 2”. Es uno de los más hermosos conciertos. Y Rachmaninoff, hasta el final de su vida, estuvo muy agradecido a Dahl por salvarlo a él y a su carrera como compositor. Por eso, esta obra es muy significativa en su herencia musical. Luego de este periodo tan oscuro, toda inspiración que surgió podemos pensar que por eso creó esta obra tan bella, que no todos conocemos, con estas hermosas melodías, es muy significativo.
Entradas
Las ubicaciones pueden conseguirse en Autoentrada y en boletería, Vélez Sarsfield 365, teléfono 414-3412, en su horario habitual de martes a sábados de 9 a 20. El valor de las ubicaciones es de: platea, 4.500 pesos, cazuela, 3.500, tertulia, 3.000, y paraíso, 1.500 pesos, palcos, 16.000, y palcos cazuela, 12.000 pesos.