Desde diciembre en el Museo Emilio Caraffa puede disfrutarse la muestra Pont Vergés: testimonios, una muestra conmemorativa en homenaje al artista Pedro Pont Vergés a 18 años de su fallecimiento. La exhibición puede verse hasta el 6 de marzo.
Esta es una muestra homenaje a quien fue un valioso eslabón en el arte local y nacional con proyección internacional. Se exhibe una selección de su obra que, desde luego, no abarca su vasta y variada producción articulada con aspectos significativos de su biografía: su paso por academias como estudiante talentoso, su faceta narrativa, su labor docente, su importante tarea como gestor cultural para la visibilización de la obra de artistas de la región a nivel nacional e internacional y su presencia como amigo, esposo y padre entrañable.
Una muestra conmemorativa
La producción y curaduría está a cargo del equipo del museo junto a la artista Ana Luque, compañera de vida de Pedro Pont Vergés: “Quisimos contar sus memorias a través de las obras: sus primeros grabados con el maestro Nicasio y su formación como pintor, con el dibujo siempre presente, con los maestros Farina, y Viola en la Escuela de Arte de la UNC. Una formación que no termina nunca porque se nutre de las distintas corrientes imperantes sin estar nunca a la moda, luchando contra los clichés y las tendencias que hacían furor en determinados momentos. Sus pinturas cambian de técnicas, desde el plano y perspectivas, siempre jugando con una gama de colores muy particulares”. Las obras expuestas en esta muestra pertenecen a la familia de Pont Vergés compuesta por Ana Luque y sus hijos Fernando, Marcelo y Sebastián.
Sobre el artista, el director del Museo Emilio Caraffa, Jorge Torres sostiene: “Pedro Pont Vergés, como bien lo define Susana Metzadur en su libro Vanguardia de los años 50, pertenece a una estirpe de artistas como Marcelo Bonevardi, Diego Cuquejo, Raúl Pecker y Antonio Seguí que trajeron la modernidad al ambiente de las artes visuales en Córdoba. Su obra fue siempre sensible, indaga e incursiona en diferentes corrientes como el surrealismo, el informalismo, ciertos enfoques del realismo o del realismo mágico, pero siempre con su sello que es lo sensible, lo espiritual de su trabajo. Además tenemos que considerar que él sostenía, como una condición indispensable para la creación, la libertad total del artista”.
Jorge Torres hace hincapié en la variedad de la muestra que además de obras emblemáticas en gran formato como los retratos de grandes escritores, artistas y poetas como Rafael Alberti (a quien Pont Vergés conoció y con quien tuvo amistad durante su exilio en Madrid) también incluye obras de pequeño formato como unos pasteles sobre papel: “El papel tiene algo sensorial que otro soporte no tiene. Es importante destacar cómo esos pasteles diluidos parecen una suerte de acuarela en un juego maravilloso y de gran poesía visual. Hay una gran combinación de juego fluido entre la figura y el espacio y entre el espacio y las figuras. Una muestra excepcional”.
Un gran recorrido artístico
*Diccionario de artistas plásticos de Córdoba*
Pedro Pont Vergés (1924-2003) nació en Santo Tomé (Corrientes). En 1934 se radicó en Córdoba hasta 1967, año en que se trasladó a Buenos Aires. Entre 1978 y 1984 residió en Madrid. Egresó de la Escuela de Artes de la Universidad Nacional de Córdoba, donde fue profesor titular de dos cátedras. Trabajó activamente en el ámbito cultural, fomentando la creación de premios y salones. Fue uno de los organizadores de la Bienal Americana de Arte. Participó en numerosas exposiciones colectivas e individuales en el país, en Latinoamérica, Europa y Estados Unidos. En 1965 fue galardonado con el premio especial de la Bienal de San Pablo al mejor conjunto de dibujos y en 1982 obtuvo la Beca John Simon Guggenheim en Pintura.
En la década del 50, su obra refleja una tendencia expresionista de pincelada vigorosa y paleta saturada. Abandona luego la figuración para entrar en una etapa informalista, su pincelada se hace más espontánea y utiliza una paleta de valores más altos, transgredidos por trazos negros. Entre 1962 y 1965 su pintura toma características neofigurativas, en las que el tema principal es el gaucho.
Posteriormente, aborda temas emparentados con el surrealismo y el realismo mágico, para luego relacionarse directamente con la problemática del hombre en la sociedad. Durante su exilio en España (1978-1980), es influido por la obra de Velázquez, volviendo a la representación clásica, los retratos y la figura humana.
Las pinturas de Pont Vergés, generalmente realizadas al óleo, algunas experiencias en pastel y tintas, así como el uso del acrílico en los últimos años, se caracterizan por la variación de lenguajes, la búsqueda de nuevas posibilidades expresivas, la necesidad de una libertad cada vez mayor y la preocupación por el hombre y su condición. El interés que su obra ha suscitado en críticos y escritores como José Viñals, Córdova Iturburu, Osvaldo Pol, Cristina Rocca y Manuel Mujica Láinez, entre otros, es un indicio de la relevancia que su producción artística ha alcanzado en el país.
Actividad complementaria
El miércoles 23 a las 20 el Museo Emilio Caraffa invita a la actividad Conversaciones sobre la vida y obra de Pont Vergés con entrada libre y gratuita. El conversatorio tendrá lugar en la sala 2 del museo con la participación de Manuel Bergallo, Laura Sosa Loyola y Juanchi González. El director del museo, Jorge Torres, será el moderador de la charla.