Festival Jazz Córdoba: The Cookers

Billy Harper (saxo tenor), Eddie Henderson (trompeta), David Weiss (trompeta), Donald Harrison (saxo alto), George Cables (piano), Cecil McBee (contrabajo), Billy Hart (batería).

Si desplegáramos sobre una mesa los nombres de los músicos con quienes cada uno de ellos ha tocado, tendríamos un mapa completo del jazz moderno. Y esa misma riqueza “estadística” se ve reflejada a nivel estético en la multitud de referencias que surgen de su música. Porque si bien, en líneas generales, su música se mueve dentro de lo que se identifica en la actualidad como post-bop (categoría demasiado amplia que oculta muchas veces la pereza de los comentaristas) en cada uno de los solos o en el modo en que la base interactúa con la línea de vientos, emergen las historias personales de cada uno de estos extraordinarios músicos. En la libertad de Cecil McBee para construir una base por fuera del tempo (pero fijándolo al rodearlo); en el trabajo armónico a dos manos que lleva adelante George Cables (en sentida referencia a McCoy Tyner); en el impetuoso driving que ejerce Billy Harper a través de su amplio sonido y sus intensas improvisaciones; en la punzante vitalidad improvisativa de Donald Harrison, con toda la tradición encima de su New Orleans natal; en la depurada técnica y profundo conocimiento sobre el género que evidencia la labor de arreglador en escena llevado adelante por David Weiss; en el trabajo con sordina de Billy Harper y su estilo pugilístico (tan deudor de las música de Miles Davis y que tan bien encajaba en los proyectos musicales de Herbie Hancock durante los 70’); y en la fuerza de la naturaleza encarnada por Billy Hart, impulsando, avanzando, sosteniendo, a través de su batería.

The Cookers es una banda nacida en el año 2007 por iniciativa de Freddie Hubbard que con solo un cambio en su formación original se ha mantenido intacta hasta nuestros días (Donald Harrison por Craigh Handy). No es un All Stars. No porque no sean estrellas del jazz, sino porque su proyecto evade cualquier oportunismo. Se juntaron para hacer música. Desde la tradición, desde su historia, desde el arte que los reúne y apasiona. Ya desde el nombre se inscriben en la tradición del hard bop (Lee Morgan grabó en 1957 el disco The Cooker) y en particular de la música de Art Blakey y sus Jazz Messengers (casi todos ellos tocaron en distintos momentos de su carrera con el gran maestro). Herederos de esa estructura conformada por una base rítmica fuerte, vital e intensa, y una línea de vientos potentes, creativos y dotados de estilos diferentes pero complementarios. Interpretan en su mayoría temas y arreglos propios: van en la actualidad por su cuarto álbum y a juzgar por lo que han demostrado en sus últimos recitales pareciera que la mecha recién se hubiera encendido.

En diciembre de 2010 vino la Mingus Dinasty a nuestra provincia. Difícil era imaginar un recital que superara la trascendencia de aquellos músicos. El 25 de noviembre el Teatro del Libertador será testigo de lo inimaginable. El CBA JAZZ coloca una vara demasiado alta.