¿De dónde viene esa tonada?

Representantes del mundo hispanohablante se reunirán en el Congreso Internacional de la Lengua Española, del 27 al 30 de marzo en Córdoba. Muchos se encontrarán, quizá por primera vez, con una acentuación muy particular que se expresa en la tonada cordobesa.

En una nota publicada hace unos años en La Gaceta, el centenario diario de San Miguel de Tucumán, el historiador y periodista, Carlos Páez de la Torre, recuerda al escritor e investigador en temas de la cultura popular, nacido en Santiago del Estero, Bernardo Canal Feijóo, para quien “los límites de las provincias argentinas no tienen necesidad de mojones: Están marcados claramente por las tonadas”.

La peatonal de Córdoba, donde confluyen las todas las voces

El popular Rodrigo Bueno cantaba aquello de que un cordobés no necesita mostrar su documento de identidad para dar testimonio de su procedencia. La tonada es una seña característica de una porción importante de nuestra provincia, punto de encuentro y de confluencia de otras voces en el centro geográfico del país.

Al referirnos al movimiento melódico en el habla de Córdoba surge la pregunta ¿De dónde viene esa tonada?

Voces de aquí y allá

Según el lingüista, Antonio Catinelli, el léxico popular de Córdoba está formado por tres grandes sustratos o capas, a saber: el léxico indígena con vocablos de origen quechua, guaraní y mapuche, el sustrato de origen europeo, especialmente italianizante, y la lengua castellana.

Catinelli hace una salvedad en cuanto al quechua del Perú, ya que sostiene que no es el idioma original peruano, sino la variante denominada “quechua santiagueño”.

Más adelante, el investigador subraya la importancia de las lenguas nativas, habladas por comechingones y sanavirones, de las que solamente perviven algunas palabras que dan nombre a lugares en distintas regiones del territorio provincial.

En las calles de la peatonal se oye el decir popular

Estas lenguas han desaparecido sin dejar rastros al menos perceptibles en el habla corriente; si bien han dejado su huella en la toponimia, y acaso también en la entonación que se le da al español en Córdoba”, afirma Antonio Catinelli en el artículo “Indigenismos en el habla cordobesa”, publicado en la “Guía de Córdoba Cultural”, publicación del Gobierno de Córdoba del año 1980.

La protónica alargada

Los comechingones habitaron en la región de las sierras, desde el departamento Cruz del Eje hasta las proximidades de Achiras en el departamento Río Cuarto. Los sanavirones, por su parte, habitaron en el norte del actual territorio, en la región del Río Dulce que desemboca en la Laguna Mar Chiquita, y algo más hacia el sur.

Para Catinelli, la singular entonación cordobesa representa un remoto eco del sustrato aborigen, especialmente de la lengua sanavirona, que habría presentado una mayor cohesión a diferencia de la lengua comechingona, que registra dos grandes dialectos: henia y camiare.

El alargamiento de la sílaba protónica (capiital, en vez de capital; traanvía en vez de tranvía), sería una herencia del habla sanavirón que perduró a la imposición de la lengua española: “Es que, como lo demuestra la experiencia, es más fácil cambiar de lengua que de entonación”, afirma el investigador Antonio Catinelli.

Si se nos pregunta a qué lengua autóctona corresponde concretamente la tonada o cantito cordobés, nos inclinaríamos a responder que el hecho de que predomine en la capital de la provincia y en los departamentos centrales y se extienda también a algunos departamentos de Santiago del Estero sugeriría la presunción de que está vinculada con la lengua de los sanavirones, ya que estas tribus parecen haber tenido su asiento en aquella provincia, de donde habrían sido empujados hacia el sur por sucesivas invasiones”, concluye Catinelli.

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