José Luis Lozano, coreógrafo y creador de la puesta en escena del Ballet Sylvia, diálogó con Cultura.Cba horas antes del estreno en el Libertador.
“Es una obra que trata de la mitología griega, donde hay historias de fantasía, es todo un mundo mágico, un mundo que no existe. El escenario es una gran mentira, uno cuenta historias que no vivió, así que quienes vengan al Teatro van a ver magia. La magia de una historia mitológica”, manifiesta Lozano.
El coreógrafo invitado especialmente por el Teatro del Libertador nos cuenta que esta puesta es un proyecto que ya tiene muchísimos años. Todo comenzó en el 2008 cuando vio la versión de Frederick Ashton en Londres y simplemente quedó fascinado, “En ese instante quedé enamorado de la historia y de cómo la contaban y ahí me dije que qué hermoso sería recrear esta coreografía y hacer otra. A partir de ese año hasta ahora, tuve ese amor metido en mi corazón y estoy gestándolo desde aquella noche. Es inmensa la alegría que siento al ver Sylvia en escena. Es un gran orgullo para mí, como para un padre ver nacer a un hijo”.
En relación a esa puesta original, el maestro remarcó que su primer intento fue separarse de esa idea y crear una coreografía completamente nueva, con vestuario y escenografía especial para esta puesta. Desde su lugar de creador, sostuvo que “es una manera de hacer contemporánea la misma obra, contándola de una forma un tanto diferente. Es el mismo cuento, la misma historia, la misma música y las mismas partes, pero con mi visión coreográfica y mis adaptaciones. Esta es una forma de recrear una historia que ya está contada y contarla de la manera que yo tenía ganas. Esto es parte de mi trabajo como coreógrafo. Rever ciertas cosas teniendo en cuenta las capacidades que cada uno tiene y mostrar el mejor espectáculo posible”.
Lozano está acompañado por un gran equipo de trabajo que completa la puesta: Daniel Feijóo, diseño de escenografía; Pablo Cabrera, diseño de vestuario y Federico Carabajal a cargo del diseño de la iluminación. “Estoy rodeado de gente que hace muy bien su trabajo y aporta lo mejor al mío. Es la gente en la que yo puedo descansar y sentirme acompañado. Como invitado, tuve el placer de elegir con quien quería trabajar”.
— ¿Cómo vive esta experiencia de dirigir en el Libertador?
— En general me gusta mi trabajo y amo lo que hago, entonces cada vez que lo hago me siento feliz, aún con las dificultades, pero poder resolverlas trabajando y llegar al punto final, es lo importante. Me encanta dirigir en El Libertador. Uno trabaja para un resultado final que no es para uno, sino para el público. Estoy muy emocionado de poder concretar este evento que lleva tantos años dentro de mi cabeza y de mi corazón, y me emociona saber que llegué a lograr el objetivo. Me siento muy querido.
El director de la compañía, Marcelo Mangini es una persona muy capaz, primero fue un bailarín que interpretó mis obras, alguien a quien respeto muchísimo. Y que me haya dado la oportunidad de regresar a esta compañía y a este Teatro como coreógrafo, es algo que me alegra el alma y me da la sensación de decir que lo que hice fue bueno.
— ¿Cómo se viven las horas previas al estreno?
— Estoy muy conforme. Con los bailarines, los técnicos, la gente que trabaja todos los días de una manera muy especial; desde la confección del vestuario y la escenografía, hasta la puesta de las luces. Aún con los retrasos típicos, la lucha enorme de todo el Teatro para aportar y ayudarme, me hace sentir realmente que hice bien mi trabajo. Así que vuelvo emocionado por eso.
— ¿Cómo fueron sus anteriores experiencias con el Ballet Provincial?
— Lo dirigí en las temporadas 2006 y 2007. Muchos de quienes hoy interpretan los roles protagónicos en Sylvia, fueron mis alumnos. Es gente que yo conocí y hay nuevos bailarines que valoro mucho. Trabajamos y creamos juntos. Ellos me acompañan.
Un repaso por su trayectoria
La carrera del Maestro Lozano se desarrolló en el Teatro Argentino de La Plata, como bailarín, maestro de ballet, coreógrafo, asistente de dirección y director de ballet. Formó parte del Ballet Estable de la Provincia de Tucumán, Ballet del Sur-Bahía Blanca, Ballet Estable del Teatro Argentino de La Plata y fue bailarín invitado del Ballet Estable del Teatro Colón.
En 1984 comenzó su labor docente en el Ballet Concierto que dirigiera Liliana Belfiore. Desde entonces fue maestro invitado de la Compañía de Danzas de México, Ballet del Teatro Argentino de La Plata, Ballet Oficial de la Provincia de Córdoba, Ballet Folklórico Nacional, Compañía Brasilera de Danzas de Río de Janeiro y Art Ballet (artistas del Teatro Colón). Vicedirector, asesor pedagógico, maestro de clases masculinas, partenaire y repertorio de la Escuela de Danzas Clásicas de Córdoba (Argentina) y, en carácter de maestro de ballet, del Gran Prix de Lausanne (preselección Argentina), Centro de Formación Aída (Italia), Ballet Nacional de Zagreb (Croacia), Neoba Ballet (Austria), BDC (España), Ballet Contemporáneo del Teatro General San Martín (Argentina), Ballet del Mercosur (Argentina).
Diseño para Iñaki Urlezaga las coreografías: Arlequines, La marcha del león, Apasionado, y Tempo. Para la escena lírica y en el Teatro Argentino realizó los trazados danzables de los espectáculos líricos: Mefistófeles, Manon, Rigoletto, La Traviata, II Campanello, Evita, La historia del soldado, la regie de Bastián y Bastiana; y de los ballets Suite Clásica, Estaciones de amor, Salomé y la reposición de Espartaco.
Maestro asistente de Zarko Prebil en su gestión al frente de la compañía del ballet del Teatro Argentino, colaboró en las producciones de Don Quijote, Paganini y Chopiniana junto a Ekaterina Maximova, Vladimir Vasiliev, Nadia Dautian y Vilen Galstian. Su obra coreográfica marca un hito en la historia del Teatro Argentino de la Plata desde la reinauguración de las salas Alberto Ginastera y Astor Piazzolla. Las galas del Consejo Argentino de la Danza lo cuentan frecuentemente entre sus coreógrafos. Director artístico del Ballet Oficial de la Provincia de Córdoba en las temporadas 2006-2007, en las que realizó los montajes de Estaciones de amor, Suite Clásica, Salomé, El escultor, así como sus versiones completas de El lago de los cisnes, Don Quijote, La Sylphide y La bella durmiente del bosque.
Convocado como jurado en los concursos internacionales de ballet de Goias y Cabo Frío (Brasil), Danzamérica (Argentina) en las ediciones 2010, 2012 y 2015 y Al Danzar (Argentina). Coreógrafo invitado en la Gala de Clausura del New York International Ballet Competition 2009, participó como maestro invitado de la compañía brasileña de ballet en el “Mónaco dance fórum 2010”. Sus trabajos recibieron el consenso del público y la crítica especializada en Argentina, Uruguay, Paraguay, Brasil, México, Estados Unidos, España, Francia, Austria y Rusia.
Fue galardonado con las siguientes distinciones: Primer Premio Coca-Cola en las Artes y las Ciencias, COPEARCO para coreógrafos nóveles, FAIDEC para la Elevación del Arte Coreográfico, Premio a la Trayectoria Córdoba Cultura y fue nominado a los Mónaco Dance Awards. El Consejo Argentino de la Danza lo distinguió con un diploma
Para agendar
La puesta del Ballet Sylvia se podrá disfrutar los días jueves 20, viernes 21 y sábado 22, a las 21, y domingo 23 a las 20, en el Teatro del Libertador San Martín. Las entradas anticipadas están disponibles en la boletería del teatro con estos valores: Platea: 300, Cazuela: 200, Tertulia: 150 y Paraíso: 80 pesos.
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