El sable de Artigas que se fabricó en Caroya

Seguimos descubriendo los tesoros que se pueden visitar en los distintos espacios de la Agencia Córdoba Cultura.

caroya3Ubicada a escasos 44 kilómetros de Córdoba capital, se encuentra la primera de las cinco estancias que los jesuitas establecieron en nuestra provincia. En ese mismo edificio, funcionó entre 1814 y 1816 la primera fábrica de armas de Córdoba, usina donde se forjó el histórico sable que el gobernador José Javier Díaz le obsequió al general Artigas. La espada original descansa hoy en el Museo Histórico Nacional de Uruguay, en Montevideo, y se conserva en Caroya una réplica.

Durante el período colonial, diferentes instituciones económicas, políticas y sociales se trasladaron de Europa a América. Entre ellas, diferentes órdenes religiosas, como la Compañía de Jesús, alcanzaron un importante desarrollo religioso, político, económico y social que floreció hasta 1767, cuando fueron expulsados por la corona española de sus territorios americanos.

estanciacaroya-28Los dominios de los jesuitas se caracterizaron, principalmente, por dos sistemas: por un lado, las misiones jesuíticas asentadas en el sector litoral del Virreinato del Perú, y, por el otro, el sistema de estancias productivas enclavadas en las tierras de la Gobernación del Tucumán. Ambos sistemas, misiones y estancias conformaron la Provincia Jesuítica del Paraguay.

Con respecto a las estancias asentadas en Córdoba, se puede decir que desarrollaron un importante sistema productivo basado en la explotación de mano de obra esclavizada de origen africano, que se destacó, de manera general, en la producción y comercialización de ganado mular, de frutales, de hortalizas, de granos y de telas destinados principalmente al autoabastecimiento, pero cuyo excedente se comercializó en un próspero sistema comercial que abarcó toda la extensión de los dominios jesuíticos sudamericanos. Cada una de las estancias se especializó en la producción de ciertas mercancías acordes con el entorno y los recursos disponibles.

La primera estancia cordobesa

Corría el año 1616 cuando los jesuitas llegaron a Caroya, o Caroyapa (que significa “cara de cuero” en lengua quichua), y emplazaron allí un establecimiento rural, que, en efecto, fue el primer mojón que la industriosa orden religiosa levantó en esta provincia con la mano laboriosa de nativos y negros. Esta estancia tuvo por objetivo principal la elaboración de frutales y hortalizas, destinada al abastecimiento del actual Colegio Nacional de Monserrat. Tiempo de prosperidad sin límite, aquel siglo XVII.

A la unidad económica de Caroya le siguieron las de Jesús María, Alta Gracia, Santa Catalina y La Candelaria. El conjunto de estancias jesuíticas de Córdoba fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 2000.

De estancia a fábrica de armas blancas

3Luego del período jesuítico (la orden fue expulsada en 1767), la Estancia y el Colegio fueron administrados por la orden franciscana hasta que, a inicios del siglo XIX, dependieron del Virreinato.

A partir de la Revolución de Mayo de 1810, la Estancia de Caroya se encontró ligada a las vicisitudes ocasionadas por el contexto de guerra permanente contra la corona española, que resistió principalmente en el Alto Perú. Su ubicación a la vera del Camino Real al Norte la convirtió en un sitio estratégico y lugar de abastecimiento de las milicias patriotas. La casona de las Sierras Chicas fue testigo permanente del paso de las tropas que luchaban por nuestra independencia.

Durante este período, entre 1814 y 1816, por su ubicación y características edilicias, la Estancia de Caroya fue elegida por las Provincias Unidas del Río de la Plata para la instalación de la primera fábrica de armas blancas, cuyo objetivo era el abastecimiento a los ejércitos patriotas. Caroya, la primera de todas las estancias jesuíticas, volvía a tomar su lugar de vanguardia en la economía colonial, siendo ahora usina de sables, espadas y puntas de bayonetas para las luchas por la liberación de la patria.

5Fue entre esas paredes donde se forjó la histórica espada que el gobernador intendente de Córdoba, José Javier Díaz (acérrimo defensor del federalismo), obsequió en 1815 al Protector de los Pueblos Libres, 1José Gervasio Artigas. Por ese entonces en Córdoba pujaban dos posiciones: por un lado, la de los federales partidarios del militar uruguayo, enemigos de Buenos Aires y encabezados por el gobernador José Javier Díaz, y, por el otro, la del Cabildo y los apoderados del pueblo partidarios de la unión con los porteños.

El 26 de julio, desde Caroya, Manuel Rivera, encargado de esta fábrica de armas blancas, remite al gobernador coronel José Javier Díaz el siguiente oficio: “Con motivo de partir para ese destino el actual rector del Colegio de N. S. de Montserrat, tengo el singular honor y placer de poner en manos de VS dos espadas-sables con sus correspondientes vainas y guarniciones doradas. El uno de ellos se halla, por las sabias, juiciosas y bien pulsadas determinaciones de VS, destinado al General Oriental D. José de Artigas”.

4aEl sable original que empuño el mismísimo Artigas descansa en la actualidad en el Museo Histórico Nacional de Uruguay, en Montevideo. En el año 1955, y con motivo de realizarse en Córdoba la inauguración de una estatua de José Artigas, las Fuerzas Armadas Uruguayas ofrendaron a la Provincia de Córdoba una copia exacta del sable, la que se exhibe actualmente en la Estancia de Caroya. El periplo de esta espada confirma el afecto y la simpatía histórica que existieron y existen entre los pueblos de Córdoba y Uruguay. Estos vínculos, que actualmente se expresan en múltiples expresiones culturales, artísticas y humanas, enlazan el corazón de charrúas y mediterráneos desde hace más de dos siglos.

La espada de Artigas y la exposición de armas blancas pueden apreciarse visitando la Estancia Jesuítica de Colonia Caroya de martes a viernes de 9 a 19 y los sábados y domingos de 9 a 12 y de 17 a 20.

Información útil

– Entrada: general, $ 15. Jubilados, menores de 18 años y estudiantes (que acrediten dicha condición) entran gratis. Para grupos de más de 20 integrantes, el valor de la entrada es de $10 por persona.  Miércoles, entrada libre y gratuita.
– Teléfono: +54 (03525) 42-6701.

ACÁ más información sobre la estancia.

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